A 11 meses del asesinato de Fernando Villavicencio
(Entrevista al Dr. Carlos Figueroa, médico y amigo íntimo de Fernando Villavicencio, a decir de muchos, el único compañero de lucha que debió tomar el relevo).
-En días pasados usted hizo circular un boletín de prensa donde hace un llamado a la unidad para enfrentar las elecciones del 2025. La pregunta sería, ¿Por qué?
Desde hace varios meses he mantenido conversaciones con organizaciones sociales, dirigentes gremiales y dirigentes políticos para manifestarles mis temores frente a la crisis que vive nuestro país en los diversos ámbitos tales como violencia, narcotráfico, minería ilegal, desempleo, migración, desconocimiento del manejo estatal en los frentes energéticos, educativos, seguridad social, la penetración de las mafias en la justicia, llámese fiscalía, judicatura, corte nacional, policía, SNAI y la falta de acción de organismos como UAFE, Contraloría, Superintendencias que al momento son convidados de piedra. Es decir, enfrentar el desgobierno y a las mafias políticas.
– ¿La unidad de quiénes?
Bajo la premisa anterior he planteado que los partidos políticos -todos- no representan a la ciudadanía o a algún sector social en particular, no tienen ideología ni difunden ningún programa de gobierno, todos tienen rabo de paja, tienen dueño o se venden al mejor postor o están en oferta, para no ir lejos CREO tiene un gerente propietario (Lasso) y con él llego a la presidencia o el caso reciente de venta del puesto para el candidato a presidente Noboa.
El daño hecho a la democracia por parte de los partidos es enorme, por eso al momento no hay un solo partido que tenga legitimidad frente a la población. He planteado que los movimientos sociales no partidizados, se junten para en un proceso de programa común sean los que planteen candidaturas para presidente, en una suerte de primarias que les permita a los candidatos contar con legitimidad, reconocimiento de su liderazgo y capacidad para gobernar y buscar consensos. No importa que los postulados sean varios, lo importe es conocer programa que permita enfrentar la crisis del estado ecuatoriano.
Varios partidos y muchos movimientos políticos y gremiales en un pacto, que recoja las aspiraciones más sentidas de la nación y se junten para un proyecto histórico y patriótico entre los que queremos que Ecuador siga siendo nuestra patria, entre los que podemos ponernos de acuerdo. El extremismo no querrá entran en este proyecto histórico y patriótico; pues, ellos al momento no piensan en todos nosotros; ellos están pensando en el dogma que nos separa y por eso pueden destruir cualquier proceso de acuerdos.
– ¿Para qué?
Para lograr tener un país que retome el camino del desarrollo económico, tecnológico, aproveche de la energía y sus riquezas para el bienestar de todos los ecuatorianos y que su pueblo tenga acceso a educación, salud y servicios de calidad. Para que con este pacto social y político seamos capaces de controlar la violencia delincuencial y desterrar la intromisión de las mafias narcodelictivas de la política. Pero también, para luchar contra la impunidad, no permitir que el asesinato de Fernando Villavicencio quede sin juzgar a todos los implicados en el magnicidio. Para que en un pacto de nueva ética no exista peculado ni saqueo a los dineros públicos, que exista justicia y todos los actos delictivos sean juzgados.
– ¿Cree que, en esta crisis política, los partidos cederán para permitir este “proyecto histórico y patriótico” para el Ecuador?
Creo que los partidos están forzados a unirse pues no hay posibilidades de que consigan el porcentaje o el número de asambleístas requeridos para seguir con vida en la palestra política, son estructuras de cascarón, sin militancia ni ideología. Es hora de que haya un baño de verdad y ellos también inicien un proceso de legitimación de sus estructuras políticas.
Hemos hablado con algunos movimientos y partidos y claro todos de acuerdo; pero, algunos a pocos días de hablar con nosotros lanzaron sus candidaturas, por el miedo de perder el control por una participación amplia de la sociedad ecuatoriana, incluso algunos quemaron esas candidaturas por ese apresuramiento. Desde luego, justificaron esa irrupción con un supuesto llamado a las organizaciones sociales y gremiales, de las cuales nadie les ha respondido.
-Las opciones se vuelven a polarizar, ahora entre Noboa y el Correísmo. ¿Es posible una tercera opción?
La polarización es entre el correísmo y el anti-correísmo, entre las mafias y la ciudadanía, entre la gente trabajadora y los delincuentes, entre la ética y la falta total de valores y principios.
El correísmo y el noboísmo no tienen respuestas y peor solución a los grandes problemas sociales, políticos, económicos y de seguridad; por lo tanto, la gente espera que emerja esa tercera fuerza que represente a los Villavicencistas, los que aman a nuestra patria, los que lucharán contra la crisis de violencia social que ha permeado todos los estratos sociales, que nos ha llevado a un estado de inseguridad permanente acompañado de una crisis económica y política de difícil resolución. Esa falta de acuerdos no permite tener una visión de país, nadie cede en los extremos, una izquierda dogmática sin programa y una derecha con ambición de acumulación exclusiva, ambos sectores permeados por operadores mafiosos en sus filas.
Fernando Villavicencio – Clever Jimenes y Carlos Figueroa, refugiados en Sarayaku
¿Fernando Villavicencio se planteó como una alternativa, ahora sus asambleístas se han desperdigado entre el gobierno, Sociedad Patriótica y otras, ¿existen cuadros que realmente puedan asumir una posición independiente a los grupos tradicionales de poder?
Es evidente que la población, que la gente que ama esta patria sigue en la búsqueda de esa persona, del líder que encarne sus aspiraciones más sentidas. Es evidente que tuvo el olfato suficiente para erigir como líder a Fernando Villavicencio, el país volvió a creer en alguien y dirigió sus ojos y acciones, se apasionó por la propuesta y estuvo a pocos días de ganar la presidencia. Hay una disputa por recoger el legado de Fernando Villavicencio, pero le veo muy difícil que alguien pueda hacerlo si no conocieron en profundidad su pensamiento, sabían de su lucha anticorrupción, la lucha contra la impunidad y la batalla que libró contra los grupos mafiosos que pretenden, hasta hoy, liquidar al Ecuador como lo conocemos.
Pero sus ideas maduraron durante casi cuarenta años. El trabajo de Fernando fue muy fructífero y tenía mucho que ofrecer, pero fue coartado por balas asesinas de la mafia narcopolítica enquistada en el estado ecuatoriano.
¿Es posible disputarles el poder a los grupos tradicionales y no morir en el intento?
Alguien debe hacerlo, si queremos tener futuro, para eso es necesario tener claro quienes son los enemigos de nuestra nación y proponer un proceso de acuerdo político que llegue a un pacto social y para ello es necesario que tengamos un proyecto histórico y patriótico entre los políticos más conscientes y los movimientos sociales y gremiales, policías y militares patriotas, que nos compromete por lo menos en una década de expiaciones para lograr una nueva forma de vida en nuestra patria.