IESS ¿Cómo Llegamos Al Abismo? (2)

Todos Somos Culpables.

El presidente de la Comisión de Fiscalización en entrevista del mes de septiembre de este año en el portal La Posta manifestó que el corazón de la corrupción del Ecuador estaba en tres sitios prioritarios: Aduanas, Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y EMCO-EP donde un cuestionado Hernán Luque maneja a su antojo las empresas públicas.

En el caso del IESS manifestó que sus Vocales Luis Clavijo y César Rodríguez son parte de la crisis en la que está sumida la institución.

El Presidente Guillermo Lasso emitió Decreto Ejecutivo 571 que deroga el Decreto emitido por Correa y viabiliza la elección de los nuevos vocales de empleadores (Cámaras) y afiliados (trabajadores, Jubilados, seguro campesino); a pesar de ser un decreto incompleto abre el camino para cambiar a los vocales largamente prorrogados y que no han cumplido con las funciones a ellos encomendados.  

Pero, esta prolongada crisis del IESS, no es de ahora; aunque a partir de la dolarización hubo una cierta bonanza, siempre ha servido de botín político para financiar el enriquecimiento ilícito y corrupción de cientos de funcionarios, para puestos de trabajo de seguidores de los gobiernos y hasta para construir partidos políticos, como Avanza, dirigido por el presidente de turno del Consejo Directivo, Ramiro González.

El problema, entonces, es que ha existido manejo político y no técnico, sumado a ello, la corrupción que ha permitido la intromisión de verdaderas mafias en las compras de medicinas, insumos, equipamiento y más sectores que manejan los recursos de la institución.

Al IESS le ha sucedido lo del cuento del lobo, de tanto gritar que estamos en crisis, que existe corrupción, que se utiliza los fondos para financiar al gobierno de turno, que se brinda servicios no financiados y que nos llenan de burocracia;  el escándalo  ha terminado por ser un murmullo molesto a quien nadie hace caso.

Entonces, nadie cuido del ahorro nacional, hubo total descuido por parte de los afiliados, jubilados, empleadores y afiliados al seguro social campesino. Nadie pensó en cómo darle un adecuado destino a los fondos previsionales, exigir un adecuado manejo de los fondos de los seguros y peor aun cuando hablamos del agujero negro que representa el BIESS. Resultado: una institución ingobernable que no tiene claro cuánto debe y a quiénes, cuánto debe cobrar y cuáles son los recursos con que contamos y peor aún, cómo nos financiamos.

Comencemos por el punto de inflexión, el gobierno de Correa que mediante Decreto determinó que el Seguro Social no necesitaba dinero y que dejaba de pagar el 40% de las pensiones jubilares, incrementó las prestaciones de salud para los hijos de los afiliados menores de 18 años y sus cónyuges y dejó de pagar el servicio de salud de los jubilados; por lo que inicia la crisis del seguro de salud.

Moreno reconoce que hay una deuda, pero tampoco la cancela y para financiar las prestaciones se tiene que descapitalizar los fondos que tienen los diferentes seguros.

Los distintos gobiernos vieron al IESS como financista del populismo, el sitio para pagar favores políticos, no cumplieron con las deudas que legalmente deberían hacerlo (40% de las pensiones jubilares, seguro de salud de jubilados). No han tenido un plan a largo plazo y sus representantes han sido en general transitorios y para cuando salen o renuncian recién conocen poco o nada de la institución.

Felipe Pezo y su alterno César Rodríguez de la Vocalía de los empleadores y el representante de los jubilados quienes han estado por 14 y 9 años respectivamente, como tales, han demostrado su incapacidad para legislar y fiscalizar las acciones administrativas de los funcionarios del IESS.

Estos vocales han utilizado, han aprovechado y hasta extorsionado a los presidentes del Consejo Directivo para permitir mayoría con su voto. Pero, lo más deleznable es que los jubilados, los trabajadores y empleados públicos afiliados no han dicho esta boca es mía, ni se han referido en tanto tiempo sobre el accionar de sus representantes.

Ha sido la sociedad civil y la prensa que los que han investigado y denunciado públicamente sobre los abundantes casos de corrupción que ha llegado hasta la Fiscalía General del Estado quienes han hecho muy poco.

En el caso del Vocal César Rodríguez ha logrado imponer a varias personas muy cercanas como Maylin Encalada, Kenia Ramírez, Susana Salas, Daniel Rodríguez, Itamar Rodríguez y múltiples personajes en distintos hospitales sobre todo de la Costa; y, en el caso de Luis Clavijo, incluso llegó a ser destituido por sus acciones en el Consejo Directivo, pero la “justicia” le regresó a su cargo y desde ahí también tuvo parte en los puestos administrativos del IESS del sur del país.

En cuanto a los diferentes Vocales delegados por el Presidente de la República que han ocupado la Presidencia del Consejo Directivo llegan con poca información y hasta que se familiaricen y conozcan de forma adecuada pasarán muchos meses. Hasta entonces han sido rodeados por verdaderos equipos que pululan en los diversos organismos burocráticos, pero si intentan hacer un cambio, recibirán amenazas contra su vida y familia como fue el caso del Econ. Jorge Madera.

Personalmente he mantenido reuniones con los tres últimos presidentes del Consejo Directivo, pero desafortunadamente el trajinar diario les absorbe y han visto el árbol, pero no el bosque. Terminan teniendo una idea general del IESS, pero no han podido solucionar ni siquiera el abastecimiento de medicinas, peor aún, conocer que pasa en las diferentes estructuras del IESS.

Ustedes podrían observar los ojos desorbitados afiliados, jubilados y empleadores al conocer que las utilidades del año 2021 reportadas por el BIESS son de 1.911 millones de dólares y el gasto operativo fue de 404 millones, cantidad solo superada por el Banco Pichincha, que cuenta con banca de primer piso con múltiples servicios, agencias y cajeros en todo el país. Alguien se está aprovechando de los recursos de los afiliados. ¿Verdad?

Todos somos culpables de la crisis del IESS por acción u omisiónEsa es la triste conclusión a la que llegamos, pues los afiliados, jubilados, empleadores y gobierno han demostrado desidia, indolencia e indiferencia, han sido incapaces de elegir o designar buenos representantes, no han controlado o pedido cuentas a sus delegados, no han tenido un solo proyecto para que el IESS sea, por lo menos sostenible.

Lo que ha sucedido en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social se presta para una novela de argumentación truculenta cuyo último capítulo es la elección de los nuevos vocales. En este momento aparecen muchos candidatos que quieren “servir” a la institución; claro que, ninguno de ellos conoce la realidad interna y tampoco han expresado por lo menos una posición crítica contra la corrupción imperante en el IESS y lo peor, ninguno tiene el perfil adecuado.  

Dr. Carlos Figueroa y colaboradores.

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